Es un tratamiento que utiliza un dispositivo que emite ráfagas de luz compuestas por una gama de colores. Una fuente de luz de alta intensidad y amplio espectro emite varias longitudes de onda que cubren grandes zonas de vello. Esta tecnología, parecida a una potente bombilla, consigue una depilación permanente. Según ScienceDirect, la terapia IPL consigue una reducción del vello de entre el 70% y el 100% en sólo 6 meses. La percepción del dolor varía de una persona a otra, pero en general se reconoce que la terapia IPL es más cómoda, principalmente debido al tiempo de reposo entre los pulsos de luz.
Normalmente, se recomiendan de 6 a 12 sesiones cada 4 a 6 semanas.