El tratamiento facial básico incluye una limpieza profunda, la exfoliación de las células muertas, la eliminación mecánica de los puntos negros, el uso de alta frecuencia, un masaje estimulante (drenaje linfático) y una mascarilla. Todo ello con el fin de combinar la respiración y la nutrición de las células de la piel.
Este tratamiento dura entre 60 y 120 minutos, en función de las necesidades específicas de su piel.