Esta terapia hace que el cuerpo sude tres veces más de lo normal, eliminando las toxinas mucho más rápidamente porque la piel es uno de los órganos de eliminación más potentes, a la vez que se queman tres veces más calorías.
El cuerpo humano produce dos tipos de sudor durante el esfuerzo:
El primero es producido por las glándulas sudoríparas durante una actividad física moderada.
El segundo lo producen las glándulas sebáceas. Las glándulas sebáceas descomponen las grasas, incluido el colesterol, los ácidos grasos y la grasa subcutánea, liberando toxinas.
Esto último sólo ocurre durante el ejercicio intenso, como el cardio, cuando el cuerpo empieza a utilizar sus reservas de grasa profunda para transformarlas en energía. El efecto desintoxicante ayuda a eliminar los metales pesados y las toxinas contenidas en las glándulas sebáceas.
Normalmente, se recomiendan 4 sesiones al mes de 20 minutos cada una.